Es posible que el nombre de esta ciudad correspondiera ya a un
asentamiento prerromano de las inmediaciones. Pero lo que hoy son las
ruinas de una ciudad romana corresponden a una de las entidades de
población de carácter estipendiario citadas por Plinio dentro de la
Lusitania: los
caparenses y convertida en los últimos años del siglo I
d. C. en el
municipium flavium caparensis, tal como se refleja en una inscripción.
De la primera de las fases citadas, la prerromana, no existen
indicios claros de su existencia. La segunda ha de relacionarse
arqueológicamente con un asentamiento de nueva planta dotado de
caracteres urbanos, de cronología augustea en torno al cambio de era,
documentado a través de importaciones de cerámicas itálicas. Éste se
hallaba atravesado de
SE a
NW por el
iter ab Emerita Asturican que actuaba de
decumanus maximus a 110 millas de
Augusta Emerita según el
Itinerario de Antonino.