La subordinación sustantiva.


Una oración subordinada sustantiva es la trasposición sintáctica de un sustantivo, y desempeña las funciones de sujeto o complemento directo del verbo del que depende:

Es cierto que he asistido a la reunión.
Me pidió que le enseñara los documentos.

De la misma manera que un sustantivo puede ser complemento de otro sustantivo (aposición), una oración sustantiva puede ejercer esta misma función:

Me da la impresión de que tiene mucha fuerza.
No cabe duda que el escritor de hechos trágicos tiene que barajar asesinatos y crímenes.

En latín, vamos a dividirlas para su estudio en tres tipos: oraciones de infinitivo, oraciones introducidas por subjunciones, y la interrogativa subordinada.

Las oraciones de infinitivo.

El estudio de las oraciones de infinitivo se puede consultar en el capítulo dedicado al infinitivo, dentro de la sección de las formas nominales del verbo.

La subordinación sustantiva introducida por subjunciones.

Oraciones con ut/ne.

Las oraciones subordinadas sustantivas introducidas por ut (‘que’)/ (‘que no’) utilizan siempre el modo subjuntivo.

Sōl efficit ut omnia floreant.
Caveant consulēs nē quid res publica dētrīmentī capiat.
Scilicet hoc restābat, ut fecunda fores.   
         
Con los verbos de temor ut y ne intercambian sus significados: ut se traduce por "que no" y por "que". Este cambio de significado tiene una explicación histórica: en un principio estas oraciones de ut y ne no eran subordinadas sino yuxtapuestas:

          Timeō. Nē veniās  -  Tengo miedo. No vengas.
          Timeō. Ut veniās  -  Tengo miedo. Ven.

Al pasar de yuxtaposición a subordinación el cambio de significado se hace necesario:

          Timeō nē veniās   -  Tengo miedo de que vengas.
          Timeō ut veniās   -  Tengo miedo de que no vengas.

En lugar de ut puede aparecer también nē nōn.

En ocasiones se produce la supresión de ut como subjunción sustantiva, por lo que la oración principal y la subordinada aparecen como yuxtapuestas; esto se da sobre todo con verbos de voluntad, con los imperativos cave y fac y con expresiones impersonales:

Volō ad mā scribās quam diligentissimē.
Necesse est multōs timeat quem multī timent.
Quid agātis fac sciam.  
Oraciones introducidas por quod.

Su significado es "el que", "el hecho de que", introduciendo una proposición sustantiva que expresa un hecho real y objetivo. Por tanto, su modo normal de construcción será el indicativo, modo de la realidad.

Adde huc quod ē carcere effugit.
Sane gaudeō quod tē interpellāvī.

La aparición del subjuntivo habrá que explicarla por razones contextuales que lleven el texto al campo de la no realidad (hecho posible o hecho irreal).

Oraciones introducidas por quīn y quominus.

Su modo normal de construcción es el subjuntivo. Las dos introducen subordinadas sustantivas dependiendo de verbos de impedimento.

Quin suele utilizarse cuando la oración principal es negativa, por la forma o por el sentido:

Nihil obstat quīn beatus sīs.
Non recusāre possumus quīn aliī ā nōbīs dissentiant.
 
Quominus se utiliza indistintamente con principal afirmativa o negativa:

Neque repugnābō quominus omnia legant.
Impedit formīdo quominus causam dīcant.

Se usa siempre quin con los verbos de duda precedidos de negación:

Non dubitābat quīn eī crederēmus.

También se usa quin con ciertas locuciones negativas de forma o de sentido: nōn multum abest quīn..., nihil abest quīn..., nulla causa est quīn...:

Non multum afuit quīn castrīs expellerentur.  

La interrogativa subordinada.


La oración interrogativa subordinada, también llamada interrogativa indirecta, va en latín siempre en subjuntivo, debiéndose traducir al castellano por indicativo en la mayoría de los casos.

Las oraciones interrogativas pueden ser simples y dobles, según presenten un solo miembro o haya alternancia de dos o más miembros. Las interrogativas se dividen en:

a) Parciales, cuando la interrogación afecta a un solo elemento de la frase, elemento que la respuesta debe concretar. Estas oraciones van introducidas por pronombres o adverbios interrogativos: quis, qualis, uter, ubi, unde, quō, cūr...:

Nesciō quid egerit nec unde vēnerit.

b) Totales, cuando la interrogación afecta a la oración entera, habiendo de ser la respuesta "sí" o "no". Van introducidas sobre todo por las partículas num y -ne:

Quaerēbās num Rōmae fuisset Laelius noster.
Videāmus deōrumne prudentiā mundus regātur.

Con menos frecuencia se encuentran las partículas nonne y an, ésta última sólo con las expresiones dubitō an, nescio an, incertum est an.

Las oraciones interrogativas subordinadas dobles se construyen igual que las directas, es decir, con utrum, -ne o Ø en el primer miembro, y an en el segundo:


                utrum valeās an aeger sīs
Nesciō       valeāsne an aeger sīs     
                valeās an aeger sīs

Cuando el segundo miembro es negativo se emplea generalmente necne:
 
Nesciō utrum valeās necne.  

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