Los pronombres

Tradicionalmente se ha definido la clase de palabra pronombre como las palabras que se usan en sustitución del nombre. Sin embargo, esta definición resulta insatisfactoria; en una frase como

            Yo iré al cine mañana,

¿a qué nombre sustituye 'yo'? Es evidente que a ninguno: 'yo' es un simple morfema de primera persona que señala al emisor del enunciado.

Además, hay otras clases de palabras que pueden sustituir al nombre, como el adjetivo sustantivado. Si pretendemos una definición de pronombre más ajustada, podemos decir que se trata de las palabras que tienen una o varias de las siguientes funciones:

  • Morfemática: los pronombres pueden expresar nociones gramaticales que se expresan mediante morfemas. Esta la la función principal de los pronombres personales: ego, tu expresan las nociones gramaticales de primera y segunda persona del singular respectivamente, que es exactamente lo mismo que hacen las desinencias personales -m, -s.

  • Deíctica: los pronombres pueden señalar los objetos en el espacio. Es la función principal de los demostrativos (hic/iste/ille).

  • Fórica: los pronombres pueden señalar unidades gramaticales dentro del texto. En latín tenemos un pronombre propiamente fórico -is, ea, id-, pero otros pronombres presentan también esta función (por ejemplo, el reflexivo se, que siempre remite al sujeto de la oración).

  • Enfática: se trata del valor pleonástico de ciertos pronombres, de su capacidad para recalcar significados ya conocidos. El latín posee un pronombre casi exclusivamente enfático -ipse, ipsa, ipsum-, pero también otros pronombres pueden aparecer con esta función.

  • Como hemos dicho, estas funciones pueden aparecer simultáneamente en cada tipo de pronombre, y es lo que nos permite hablar con certeza de esta clase de palabras.

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